IGNACIO MARTÍN BARÓ

Instituto Universitario de Opinión Pública

 

El Instituto Universitario de Opinión Pública de la UCA está estrechamente vinculado a Ignacio Martín-Baró. A Ellacuría le gustaba bromear con él sobre sus orígenes. Decía que la idea había sido suya. Solía contar que estando sentado en un avión, se puso a pensar qué faltaba en el arsenal de la UCA. Entonces cayó en la cuenta que todos hablaban del pueblo -los partidos políticos, el ejército, la izquierda y la UCA misma-, pero nadie le preguntaba qué pensaba en realidad.

En consecuencia, la UCA debía utilizar sus recursos para preguntar al pueblo salvadoreño qué pensaba. En este punto, a Ellacuría le gustaba citar a Mao, quien decía que quien no hacía encuestas no debiera hablar. Pero si la idea original fue suya o de Martín-Baró -tal como este insistía, por otro lado-, no cabe duda alguna a quién se debe el desarrollo y el perfil del Instituto.

Para Martín-Baró, las encuestas de opinión pública eran un contrapeso eficaz para la exagerada ideologización de la vida nacional, tanto por la información que proporcionaban a la sociedad como por la facilidad con la cual ésta podía comprenderse. Bajo la dirección de Martín-Baró, desde julio de 1986 hasta su muerte, el Instituto Universitario de Opinión Pública hizo veintitrés encuestas entre la población metropolitana, urbana y rural, sobre temas que comprendieron desde el diálogo y la negociación hasta la salud, la religión y las elecciones próximas. A los encuestadores, según explicó Martín-Baró, "les tocó enfrentar grandes soles y grandes aguaceros, soportar con una sonrisa los rechazos destemplados y hasta los insultos personales; han atravesado puentes militarizados y cruzado zonas minadas; han aguantado largos interrogatorios de retenes militares y hasta amenazas a su vida por miembros de las defensas civiles de algunos cantones".

En corto tiempo, el Instituto Universitario de Opinión Pública se convirtió en uno de los medios de mayor impacto de la proyección social. Su objetividad quedó demostrada cuando fue acusado tanto de pertenecer al FMLN (FMLN-Wikipedia) como a ARENA (Alianza Republicana Nacionalista-Wikipedia). En el momento de su muerte, Martín-Baró preparaba un programa de cinco minutos diarios en una estación de televisión.

Martín-Baró fue profesor de rituales muy acentuados. Se presentaba en el aula con un paraguas tipo inglés y con un elegante maletín, del cual sólo extraía el libro de texto. Los viernes se despedía con un invariable "mis estimados estudiantes tengan todos ustedes un feliz fin de semana". En los festivales organizados por los estudiantes de psicología era el primero en soltar sonoras carcajadas y en sonrojarse hasta las orejas cuando llegaba el momento de imitar a los profesores. En dos de esos festivales cantó la misma canción. Pero en privado, sobre todo antes de la guerra, tocaba la guitarra en las reuniones de colegas y amigos de la UCA. En estas veladas no podían faltar ni su música, ni su voz. Después, sólo lo hacía entre sus feligreses de la parroquia rural de Jayaque, en los fines de semana. Padrino de muchas promociones de psicólogos, los recuerdos fotográficos, enmarcados de manera meticulosa, colgaban en orden riguroso, de las paredes de su oficina.

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